Uno de los errores más recurrentes es ver las acciones de patrocinio como un momento puntual–mientras que dura el evento– pero las estrategias no deben ser tan cortoplacistas, sino que los anunciantes deben sacar un mayor provecho a los patrocinios y desestacionalizarlos.
Los anunciantes, al igual que tienen marcas con valores, deben apostar por patrocinios con valores, con los que se sientan identificados y que respeten su ausencia. Solo así encontrarán el lugar de su marca (brand space).
Deporte & Tecnología, con mucho juego por delante
Con las nuevas posibilidades tecnológicas en los próximos años veremos cómo el espectáculo será clave para llegar a la audiencia. Es decir, habrá un cambio en el tipo de contenido y en los soportes, otorgando un mayor protagonismo al resto de medios.
La tecnología también ha permitido sofisticar los patrocinios deportivos y, especialmente, ha contribuido a cambiar la narrativa de las marcas. El fenómeno multipantalla y el interés por el contenido han permitido que la retransmisión de eventos deportivos sea multicanal, en diferentes formatos e ideada para captar la atención de la audiencia. Podemos hablar del sportainment, una revisión del marketing deportivo que combina deporte y entretenimiento para conseguir captar la atención y dar gran visibilidad como podría ser la retransmisión de los partidos de la NBA.
La Realidad Virtual y Aumentada permitirán una experiencia más inmersiva, como por ejemplo, ver el partido desde el propio estadio con unas gafas o sentir la ovación de la grada al marcar un gol. No podemos olvidar que los deportes son una fuente de emociones y las nuevas tecnologías nos ayudarán a potenciarlas y, por ende, generar mayor engagement con el consumidor.
Además no podemos obviar el boom de los eSports, que ratifican la teoría del sportainment y ofrecen un área con gran potencial –especialmente para los públicos más jóvenes– para las marcas con unas audiencias que superarán los 100 millones en 2020.